El retorno de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos marca un nuevo capítulo en la política energética global, con un fuerte énfasis en el desarrollo de hidrocarburos no convencionales. Su discurso inaugural, centrado en el lema “Drill, baby, drill” (perfora, bebé, perfora), no solo refleja su compromiso con el petróleo shale, sino también abre una oportunidad estratégica para Argentina y su desarrollo en Vaca Muerta.
Javier Milei, alineado con Trump, apuesta por el petróleo
El presidente argentino, Javier Milei, celebra la política petrolera de Trump como un espaldarazo para proyectos como Vaca Muerta. En todos los foros internacionales, Milei ha defendido la explotación de recursos tradicionales como una respuesta al “neo-marxismo ambientalista”. La alineación ideológica y estratégica entre ambos mandatarios promete acelerar inversiones y proyectos de infraestructura en el sector energético argentino.
Preocupación por los precios, pero optimismo a largo plazo
El mercado global enfrenta una posible caída de precios del petróleo, impulsada por el aumento de oferta que promete la política energética de Trump. Aunque esto plantea desafíos para los ingresos por exportaciones, desde el entorno de Milei aseguran que la mayor ganancia radica en el impulso a la inversión y la desregulación global del fracking.
Infraestructura y nuevas inversiones para Vaca Muerta
En el último año, Vaca Muerta ha registrado un aumento en su producción, alcanzando más de 400 mil barriles diarios y consolidando su posición como motor económico del país. Entre los proyectos destacados se incluyen la construcción de gasoductos y la instalación de un buque de licuefacción de gas en Río Negro, que facilitarán la exportación y captación de divisas.
Argentina en el ranking petrolero internacional
Con un crecimiento sostenido en las exportaciones a Estados Unidos, Argentina apunta a escalar posiciones entre los principales proveedores de petróleo del país norteamericano. Este contexto, combinado con la postura pro-petróleo de Trump, refuerza el papel estratégico de Vaca Muerta como “la segunda locomotora económica” de la nación.
La convergencia de intereses entre Argentina y Estados Unidos promete consolidar a Vaca Muerta como un pilar clave para la recuperación económica argentina, mientras se reconfigura el escenario energético global.