China, el principal importador y consumidor de carne a nivel mundial, ha anunciado el inicio de una investigación sobre las importaciones de carne vacuna, lo que podría tener repercusiones significativas para países exportadores como Argentina y Brasil. El Ministerio de Comercio chino explicó que la medida responde a un exceso de oferta en el mercado interno, que ha llevado los precios de la carne a su nivel más bajo en cinco años.
La investigación abarca productos como carne fresca, congelada y deshuesada importados entre enero de 2019 y junio de 2024, que representan casi un tercio del mercado interno chino. Durante ese período, las importaciones de carne vacuna en China crecieron un 65%, alcanzando los 2,6 millones de toneladas entre enero y noviembre de 2024. En este contexto, Brasil se posiciona como el principal proveedor, con el 42% del valor total de las importaciones, seguido de Argentina (15%) y Australia (12%).
El precio promedio mayorista de la carne en China cayó un 22% en los últimos dos años, situándose en 59,82 yuanes (aproximadamente 8,20 dólares) por kilo a fines de diciembre. Este desplome ha generado pérdidas generalizadas para los productores locales. La Asociación China de Ganadería advierte que el incremento en las importaciones ha «dañado seriamente» a la industria nacional, por lo que solicitan medidas de control para proteger los ingresos de los agricultores y garantizar la seguridad del sector.
Impacto en Argentina y Brasil
Para Argentina, el mercado chino representa un destino crucial, absorbiendo una proporción considerable de sus exportaciones de carne. Solo en los primeros 11 meses de 2024, los envíos argentinos al gigante asiático aumentaron un 10%, alcanzando las 533.005 toneladas. Sin embargo, cualquier restricción podría afectar negativamente a la economía local y a uno de sus sectores estratégicos más relevantes.
Por su parte, Brasil ya ha respondido a través de un comunicado, destacando que sus exportaciones son «complementarias» a la producción interna de China y no representan una amenaza. El gobierno brasileño aseguró que trabajará para demostrar que sus envíos contribuyen a estabilizar la oferta sin perjudicar a los productores chinos.
Un escenario global en transformación
La investigación sobre las importaciones de carne se suma a otras iniciativas comerciales de China, como las restricciones consideradas contra productos porcinos y lácteos de la Unión Europea. Este enfoque forma parte de una estrategia más amplia para equilibrar su balanza comercial y proteger sectores locales sensibles en un contexto de desaceleración económica.
Se espera que la investigación concluya en un plazo de ocho meses, aunque podría extenderse en circunstancias especiales. Mientras tanto, el comercio no se verá afectado de forma inmediata. Este proceso será clave para determinar el futuro del comercio de carne entre China y sus principales socios, poniendo a prueba las capacidades de adaptación de economías como la argentina y la brasileña ante los cambios en el escenario global.