La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) anunció una reorientación estratégica en el desarrollo del proyecto CAREM, el primer reactor modular pequeño (SMR, por sus siglas en inglés) diseñado en Argentina. Según su presidente, Germán Guido Lavalle, el diseño actual del reactor CAREM no es comercialmente viable y no será escalado a una versión de mayor potencia. En cambio, la CNEA explorará otros diseños conceptuales de SMR que puedan competir en el mercado global.
El CAREM: un reactor de aprendizaje
El prototipo CAREM, de 32 MW de potencia eléctrica, comenzó a construirse en 2014 en el predio nuclear de Atucha y actualmente registra un avance físico del 63,8%, mayormente en obras civiles como el edificio de contención. Sin embargo, la ingeniería del reactor ha avanzado a un ritmo más lento, y algunos componentes clave, como el recipiente de presión y los generadores de vapor, aún están en proceso de fabricación.
“El CAREM es un reactor de demostración donde estamos aprendiendo a hacer reactores. Sin embargo, no es económicamente competitivo ni comercializable en gran escala”, afirmó Lavalle en un discurso de fin de año. “Nuestra honestidad intelectual nos lleva a reconocer que debemos evolucionar hacia un diseño más aceptado internacionalmente, que pueda desarrollarse y exportarse”.
Revisión crítica y nuevos desafíos
El proyecto CAREM atravesó recientemente una Revisión Crítica de Diseño, que identificó áreas donde es necesario realizar ajustes en la ingeniería. Según Lavalle, el sistema de posicionamiento de las barras de control ya alcanzó las condiciones operativas de presión y temperatura, un hito importante en la ingeniería nuclear.
Mientras tanto, empresas como IMPSA y CONUAR trabajan en la fabricación de componentes críticos, como el recipiente del reactor y los generadores de vapor. Estos avances técnicos permitirán completar el prototipo, aunque su desarrollo comercial ha sido descartado.
Hacia nuevas tecnologías nucleares
En línea con el Plan Nuclear Argentino anunciado por el presidente Javier Milei, la CNEA ha comenzado a evaluar nuevos diseños conceptuales para reactores modulares pequeños. Entre las opciones exploradas se encuentran tecnologías de vanguardia como reactores de sales fundidas y de sodio líquido, ambas clasificadas como reactores de cuarta generación.
Lavalle destacó que el enfoque actual es completamente abierto: “Hemos recibido un brillante documento que analiza diversas tecnologías. No pusimos límites; planteamos un papel en blanco para decidir si en Argentina desarrollaremos un reactor de sales fundidas, de sodio líquido o algún otro diseño innovador”.
El futuro de la energía nuclear en Argentina
El proyecto CAREM marcó un hito en la historia nuclear argentina al ser el primer reactor modular diseñado en el país, pero su evolución hacia un modelo comercial ha encontrado limitaciones económicas y técnicas. Ahora, la CNEA busca posicionarse en el mercado internacional con nuevas propuestas que reflejen las tendencias tecnológicas globales y aprovechen las capacidades existentes en el país.
Esta transición hacia tecnologías más avanzadas promete abrir un nuevo capítulo en el desarrollo nuclear argentino, con la ambición de consolidarse como un actor relevante en la generación de energía limpia y sostenible.